Estrategia, Análisis y Factibilidad
¿Cómo crear viviendas sostenibles en ciudades densamente pobladas?
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Frente al crecimiento acelerado de la población en las ciudades y el agotamiento de los recursos naturales, la arquitectura, la ingeniería y el urbanismo deben ofrecer respuestas integrales que prioricen el bienestar social, la eficiencia energética y el aprovechamiento del espacio.
Pero ¿cómo diseñar viviendas realmente sostenibles en contextos densamente poblados? ¿Qué principios deben guiar estos proyectos para ser viables, resilientes y escalables?
¿Cuáles son los problemas más comunes relacionados con la vivienda en ciudades densamente pobladas?

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, una de cada tres familias latinoamericanas habita en una vivienda inadecuada o construida con materiales precarios o carente de servicios básicos. En las ciudades densamente pobladas, los problemas habitacionales suelen ser complejos y multifactoriales. Uno de los principales retos es la escasez de suelo disponible, lo que impulsa desarrollos verticales que muchas veces no contemplan adecuadamente la calidad del espacio. Esto puede traducirse en viviendas reducidas, con poca ventilación natural, escasa entrada de luz y deficiencias en el aislamiento acústico y térmico. A esta situación se suman otros factores como:
- Falta de acceso a servicios básicos: no todas las viviendas en zonas densas están conectadas de forma eficiente a redes de agua, saneamiento, energía o gestión de residuos.
- Problemas de movilidad y conectividad: la alta densidad poblacional satura las redes de transporte público y vialidades. Esto no solo incrementa los tiempos de traslado, también incrementa las emisiones contaminantes y afecta la salud mental y física de las personas.
- Segregación socioespacial: el encarecimiento del suelo urbano y la especulación inmobiliaria tienden a expulsar a los grupos de menores ingresos hacia la periferia o asentamientos informales, lo cual profundiza las desigualdades.
- Falta de espacio público y áreas verdes: muchas zonas densamente pobladas carecen de espacios seguros, accesibles y de calidad para la recreación, el descanso o la interacción comunitaria.
- Contaminación acústica: el ruido constante proveniente del tráfico, la actividad comercial y la infraestructura urbana puede deteriorar la calidad del sueño, aumentar los niveles de estrés y afectar el rendimiento cognitivo.
- Déficit de resiliencia urbana: los barrios densamente construidos sin planeación adecuada suelen ser más vulnerables ante fenómenos climáticos extremos, como olas de calor, inundaciones o apagones, debido a la baja capacidad de respuesta de su infraestructura.
Abordar estos problemas requiere una visión urbana integral y multiescala, que combine densidad con inclusión, calidad de vida, participación ciudadana y sostenibilidad ambiental. Se trata de repensar no solo la forma de las viviendas, sino también su contexto, funcionamiento y relación con el entorno urbano.
¿Cuáles son los retos actuales de desarrollo urbano y vivienda en México?
En la Ciudad de México, una de las diez más densamente pobladas del mundo, uno de los principales retos es la falta de planeación integral, lo que ha llevado a una expansión urbana desordenada y a una ciudad fragmentada, donde coexisten zonas con servicios de primer nivel y otras que carecen incluso de drenaje, agua potable y calles asfaltadas.
De hecho, el impulso a la construcción de vivienda de bajo costo en la periferia de las grandes ciudades que se dio en décadas pasadas, no resolvió el problema de la escasez, pero sí provocó que muchas familias se endeudaran y terminaran abandonaron los inmuebles debido a la falta de servicios, la mala calidad de las construcciones y la dificultad para transportarse. Hoy en día, el mercado inmobiliario se ha concentrado en ciertas zonas con mejor plusvalía, provocando a su vez alzas descomunales en los precios del suelo y de la vivienda. Estos dos fenómenos dificulta el acceso a soluciones habitacionales dignas para buena parte de la población.
La contaminación ambiental, el agotamiento de mantos acuíferos, la falta de áreas verdes y la reducción de espacios públicos también figuran entre los principales problemas del modelo actual de urbanización en México.
Entendiendo el ODS "Ciudades y comunidades sostenibles" y su relevancia en el diseño de viviendas
El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 11 busca lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Actualmente, más del 55% de la población mundial vive en zonas urbanas (y se espera que esta cifra supere el 68% para 2050), alrededor de 1,000 millones de personas viven en barrios marginales y, de acuerdo con el Banco Mundial, las ciudades son responsables de más del 70% de las emisiones globales de carbono. Asimismo, muchas ciudades siguen creciendo de manera no planificada, lo que incrementa las desigualdades y reduce la resiliencia ante crisis climáticas o económicas.
Para construir ciudades y comunidades más sostenibles, es necesario:
- Asegurar el acceso a viviendas y servicios básicos adecuados para todos, con enfoque en mejorar los barrios marginales.
- Proporcionar sistemas de transporte seguros, asequibles y sostenibles, especialmente para grupos vulnerables como mujeres, niños, personas con discapacidad y adultos mayores.
- Aumentar la urbanización inclusiva y sostenible, promoviendo la planificación y gestión participativa de los asentamientos humanos.
- Reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, incluyendo especial atención a la calidad del aire, la gestión de residuos y el uso racional de los recursos hídricos.
Aunque los gobiernos desempeñan un papel clave en la regulación y el financiamiento de proyectos social y ambientalmente responsables, los inversionistas, los desarrolladores inmobiliarios, los despachos de arquitectura y los equipos de ingeniería también tienen una responsabilidad innegable en la implementación de soluciones de vivienda y urbanismo sostenible. Desde el diseño de edificaciones más eficientes y resilientes, hasta la integración de tecnologías limpias, los diseñadores y constructores son quienes materializan las políticas verdes en proyectos concretos.
Su capacidad de innovar, coordinar múltiples disciplinas, adaptarse a las condiciones locales, elegir materiales de bajo impacto y garantizar la eficiencia operativa es indispensable para una visión de largo plazo que ponga en el centro la equidad y el bienestar colectivo.
Densidad sí, pero con calidad: entendiendo el concepto de “densidad sostenible”
Uno de los mayores retos al diseñar en ciudades densas es evitar que la eficiencia espacial comprometa la calidad de vida. El concepto de "densidad sostenible" se refiere a la cantidad de personas que pueden vivir en un área determinada, manteniendo un impacto ambiental mínimo y permitiendo el acceso a servicios y recursos para una calidad de vida saludable, tanto para las generaciones presentes como futuras. En esencia, busca un equilibrio entre la concentración de la población y la capacidad de la tierra para soportarla, considerando factores como la disponibilidad de recursos, la eficiencia energética y la preservación de la biodiversidad.
La densidad no debe entenderse solo como una cifra o proporción de habitantes por hectárea, sino como una oportunidad para fomentar comunidades vivas, conectadas y diversas, en donde más personas vivan bien en menos espacio, manteniendo acceso a luz natural, ventilación, áreas verdes y servicios esenciales, sin sacrificar confort, salud ni bienestar. Este tipo de densidad promueve edificios más compactos, pero con mejor diseño, mayor calidad espacial y una planificación que incorpora transporte, servicios, comercio local y espacio público. La densidad sostenible debe cumplir cuatro pilares fundamentales:
- Eficiencia energética: implica que las viviendas y edificaciones maximicen el uso de recursos energéticos renovables, minimicen pérdidas térmicas, y estén diseñadas para reducir el consumo a través de materiales, orientación, ventilación y tecnologías inteligentes.
- Habitabilidad: se refiere a la calidad de los espacios interiores y exteriores. Una vivienda habitable es aquella que proporciona confort térmico, iluminación natural, ventilación adecuada, privacidad, y espacios funcionales que promuevan la salud física y mental.
- Acceso equitativo a servicios: una densidad sostenible garantiza que todos los habitantes, sin importar su nivel socioeconómico, tengan acceso justo a infraestructura básica como agua, saneamiento, energía, transporte, salud y educación. Esto contribuye a reducir la desigualdad urbana.
- Compatibilidad con la infraestructura urbana existente: la densificación debe planearse en sintonía con la capacidad de las redes y servicios urbanos. Esto incluye evitar sobrecargas en el sistema vial, de drenaje o de energía, y prever soluciones integrales que fortalezcan el tejido urbano sin saturarlo.
Otros principios fundamentales de la densidad sostenible incluyen:
- Diseño centrado en las personas, que prioriza la experiencia cotidiana, la habitabilidad y la inclusión social.
- Mezcla de usos (edificios de usos mixtos), que permite integrar vivienda, comercio, empleo y servicios para reducir desplazamientos y enriquecer la vida comunitaria.
- Flexibilidad tipológica, para ofrecer distintas opciones de vivienda que respondan a diferentes necesidades, tamaños de familia y niveles socioeconómicos.
- Conectividad y proximidad funcional, donde las personas pueden encontrar lo esencial para vivir a distancias caminables, con redes de movilidad activa, infraestructura peatonal segura y transporte público eficiente. Esto reduce la necesidad de desplazamientos en vehículo privado y fomenta un estilo de vida más activo y saludable.
Adoptar esta visión implica pensar la densidad como un medio para lograr ciudades más humanas, no como una condición a evitar. De hecho, la infraestructura de los servicios tiende a ser mucho más eficiente cuando tiene que abarcar distancias menores. Al planear nuevos desarrollos de vivienda, los inversores, diseñadores y ejecutores no solo deben pensar en la rentabilidad a corto plazo, también en cómo el edificio va a representar beneficios permanentes para sus habitantes, el medio ambiente y la comunidad circundante.
Estrategias arquitectónicas clave ¿Los desarrollos verticales realmente son la respuesta?
Aunque los desarrollos verticales parecen la solución obvia en contextos densos, algunos estudios internacionales plantean una alternativa complementaria: fomentar viviendas con menos altura, pero con mayor densidad y uso mixto. Este modelo permite preservar escalas humanas, reducir la huella de carbono y mantener una identidad arquitectónica local. Estas soluciones también son más resilientes ante riesgos climáticos y más eficientes en términos de energía y materiales. Además, facilitan la integración de techos verdes, paneles solares y ventilación cruzada, todo lo cual refuerza el enfoque de sostenibilidad ambiental.
Diseñar viviendas sostenibles en ciudades densas exige, por encima de todo, combinar innovación tecnológica con principios de diseño pasivo y criterios de eficiencia operativa desde las primeras etapas del proyecto. Algunas estrategias efectivas incluyen:
Maximización de luz y ventilación natural: distribuir aberturas estratégicamente, usar patios interiores, tragaluces y dobles alturas para mejorar la iluminación y la ventilación cruzada, aprovechando la orientación solar para reducir la carga térmica en temporadas cálidas.
Uso de materiales locales y de bajo impacto ambiental: incorporar materiales como tierra compactada, bambú, concreto reciclado o madera certificada permite reducir la huella de carbono del edificio y promueve cadenas de suministro más sostenibles. Además, la selección adecuada de aislantes térmicos contribuye al confort sin depender de sistemas mecánicos.
Sistemas constructivos modulares o prefabricados: estos sistemas reducen tiempos y residuos de obra, facilitan el mantenimiento futuro y permiten adaptaciones flexibles en el tiempo, esenciales para enfrentar dinámicas familiares cambiantes o nuevos usos del espacio habitacional.
Espacios compartidos bien diseñados: contemplar desde el inicio áreas comunes como terrazas verdes, huertos urbanos, espacios de coworking o lavanderías compartidas, mejora la eficiencia del conjunto, reduce duplicidades y favorece la vida comunitaria.
Integración de sistemas de recolección y aprovechamiento de recursos: desde la captación de agua pluvial hasta la instalación de biodigestores y tecnologías de reutilización de aguas grises, la ingeniería debe anticipar soluciones sostenibles que reduzcan la dependencia de servicios y redes externas y aumenten la autonomía del edificio.
Eficiencia operativa: Desde la ingeniería, existen estrategias de ahorro, generación y automatización para optimizar el uso energético, como sistemas de gestión domótica o de generación distribuida, Iluminación LED, sensores de presencia, paneles solares y sistemas fotovoltaicos integrados, etc.
Reciclar edificios en zonas centrales y en corredores urbanos: Esta estrategia permite reducir el impacto ambiental asociado a nuevas construcciones, revitaliza zonas consolidadas, preserva el patrimonio arquitectónico y mejora la eficiencia del suelo urbano. El reciclaje de edificios puede implicar intervenciones estructurales para cumplir con normativas actuales, integración de sistemas energéticos más eficientes y rediseño de interiores para adaptarse a nuevas formas de habitar.
Page, ahora Stantec: fomentando la densidad sostenible desde el diseño
El desafío de construir viviendas sostenibles en contextos densos interpela directamente a los diseñadores y proyectistas. La clave está en entender que densificar no significa hacinar, sino redistribuir, innovar y poner al ser humano al centro del diseño.
En Page, ahora Stantec, asumimos ese compromiso a través de una práctica interdisciplinaria que integra arquitectura, planeación urbana e ingeniería. Creemos que la densidad sostenible se construye desde las primeras decisiones de diseño: la elección del terreno, la tipología del proyecto, el aprovechamiento de los recursos locales y la planeación de espacios comunes que promuevan la convivencia y reduzcan la huella ambiental.
Nos guiamos por la Agenda 2030 for Sustainable Development e incorporamos estrategias de eficiencia energética, soluciones constructivas adaptadas al entorno y tecnologías que permiten una operación más inteligente y resiliente de los edificios. Nuestra experiencia internacional y enfoque local nos permite diseñar proyectos que respetan la identidad de cada comunidad, al tiempo que maximizan el impacto positivo del desarrollo urbano.
Desde proyectos habitacionales en zonas densas hasta desarrollos mixtos o regeneración de áreas urbanas, en Page, ahora Stantec, trabajamos para que cada metro cuadrado cuente, no solo en términos de rentabilidad, también de calidad de vida, inclusión social y compromiso con el planeta.
